
No pasan 38 años sin que pase algo.
38 es una intersección, hay importantes decisiones que se toman allí para poder llegar a 40.
La Biblia menciona curiosas referencias a este número, entre ellas: el tiempo que tardó Israel en recorrer desde Cades-barnea al arroyo de Zered, momento clave que anuncia el fin del éxodo (Dt 2:14). Reyes nefastos y juicios importantes iniciaron en el reino del norte al 38° año de reinado de dos grandes reyes de Judá (Asa y Azarías, 1Re 16:29 y 2Re 15:8). Y un hombre fue sanado por Jesús después de 38 años enfermo y luego le advirtió que no pecara más (Jn 5:5-14).
Porque 38 años no son muchos, pero no son pocos.
Me han bastado 38 años para sobrevivir a formas de odio y traiciones muy destructivas de personas que jamás me lo hubiera esperado, he recibido heridas profundas en mi alma, me he equivocado notoriamente y con consecuencias irreversibles, he conocido la expresión del rencor, odio y desprecio hacia mí; he visto pasar frente a mi vida a muchas personas ingratas y nefastas. He tenido pérdidas irreparables tanto materiales como humanas.
Sin embargo, en estos 38 años también he sido objeto de las formas de amor más grandes: amor de amigos, amor de esposa, amor de hijos, amor de madre, amor de Dios. He vivido experiencias enriquecedoras y sublimes que me han elevado hasta el tercer cielo, las heridas causadas sólo me han hecho más fuerte. He aprendido a pedir perdón, perdonar y perdonarme a mí mismo, a dar amor, compasión y misericordia con el fin de algún día ser un hijo siquiera aceptable de mi verdadero Padre celestial. He corrido, saltado, volado y me he caído y vuelto a levantar para seguir hacia adelante, hacia arriba, al infinito y más allá, porque no hay otra manera de tener éxito. He aprendido a dar gracias a mi Señor por la innumerable cantidad de personas que ha puesto en mi camino para bendición. Con la ayuda del Señor, he dado pasos firmes para que el mundo sea un lugar mejor del que recibí. Dios el Señor me ha dado más bien del que mis hechos merecen. He conocido su gracia, misericordia y amor. Gracias.
Porque sea lo que sea, estos 38 años de vida han determinado lo que soy, sin embargo, si el Señor lo permite, yo tengo muchas páginas blancas por delante que escribir, y estoy seguro que tengo la oportunidad de escribir una mejor historia, porque creo firmemente que lo mejor está por venir, porque así lo ha prometido el Señor.
Por eso doy gracias a mi Señor por el privilegio de llegar a estos 38 años como he llegado, porque me siento bendecido y en victoria, miro hacia atrás y veo sus pisadas, el testimonio de que estoy siendo llevado en sus brazos en mí peregrinar hacia la Patria Celestial.
Creo que hoy tengo bastante que meditar y agradecer, primeramente al Señor, luego a todos aquellos que son una parte significativa de esto que he llamado: mi Vida.
Esta imagen es un pequeño y apurado reconocimiento a muchas personas y seres que han tenido una parte significativa en mi vida, solo pido disculpas a aquellos que sabiendo que lo son, no tuve una foto en mis manos para ponerla, sin embargo sepan que los llevo en mi mente y corazón.
Gracias, mi afecto eterno y que la paz del Señor abunde en sus vidas.