
Anoche tuve un sueño y en ese sueño los maestros, médicos, bomberos y policías ganaban más dinero que los reguetoneros, modelos, futbolistas e influencers, entonces desperté.
Tiene que existir un universo paralelo donde las cosas funcionen bien.
No cuestiono lo que gana un reguetonero (bueno, tal vez sí), modelo, futbolista e influencer, pero que esto sea desmesuradamente más que los maestros, médicos, bomberos, policías y otras profesiones tan valiosas, eso sí lo crítico.
Ni socialismo, ni capitalismo han podido resolver esta injusta diferencia; ni lo harán.
Vale destacar que las sociedades (ojo, no los gobiernos sino las sociedades) de Latinoamérica, África y parte de Asia han demostrado que sus intenciones están lejos de brindar dignidad a estas labores, después le echan la culpa a los imperios.
No se paga por el impacto social del trabajo o profesión, sino por el alcance mediático y el dinero inmediato que produce la actividad. Eso desestimula a cualquiera y produce falsas expectativas en jóvenes que ven en «ser tiktoker» su profesión del futuro.
Le preguntas a un niño que quiere ser de grande y te responden: youtuber, tiktoker, influencer… que distorsión de la realidad, sin embargo, no los culpo, ya que la sobrevalorización que se tiene del éxito en las redes sociales es sumamente tóxica.
Cuando demos el merecido reconocimiento a los verdaderos protagonistas del desarrollo de la humanidad, entonces nos ganaremos el derecho de conquistar las estrellas.